Más de 1.300 personas murieron en el Hach de este año, con “numerosos casos”
debidos al estrés térmico, según las autoridades saudíes, después de que más de
1,8 millones de peregrinos participaran a pesar de que las temperaturas se
dispararon hasta niveles peligrosos. Las autoridades de Indonesia, el país de
mayoría musulmana más poblado del mundo, dijeron que al menos 215
indonesios se encuentran entre los fallecidos.

Heru Jumartiyah dijo que su padre de 86 años, Ngatijo Wongso Sentono, murió el
17 de junio en su tienda de campaña en Mina, al sureste de La Meca, mientras
esperaba las oraciones del mediodía.”Estaba dormido y antes no tenía síntomas
de enfermedad. Todo el mundo decía que estaba sano durante la procesión del
Hach”, declaró.

Sentono se había inscrito para la peregrinación en 2018 y viajó a La Meca con su
esposa de 83 años y vecinos de la ciudad indonesia de Yogyakarta, dijo
Jumartiyah. “Mi padre estaba muy entusiasmado con la idea de ir al Hach. Quería
irse inmediatamente”, dijo.

Realizar el peregrinaje a La Meca es uno de los cinco pilares del islam, que exige
a todo musulmán que esté en condiciones físicas y económicas de realizar el viaje
a la ciudad santa de La Meca al menos una vez en su vida.

Según la creencia islámica, morir y ser enterrado en La Meca se considera una
bendición, y muchos musulmanes viajan en su vejez tras haber ahorrado durante
muchos años para realizar la peregrinación.

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