Dos congresistas demócratas clave dieron su visto bueno para que el Gobierno de
Biden proceda con lo que se considera el mayor paquete de armamento para
Israel, que se espera que supere los US$ 18.000 millones e incluya unos 50
aviones de combate F-15.
El representante Gregory Meeks, principal demócrata de la Comisión de Asuntos
Exteriores de la Cámara de Representantes, había retrasado su aprobación. El
legislador había dicho en abril que esperaba “garantías” de la administración de
Biden sobre el tipo de armas antes de dar su visto bueno a la venta.
En un comunicado emitido el lunes por la noche, Meeks destacó las amenazas a
Israel más allá de Hamas en Gaza, afirmando que sigue “apoyando el derecho de
Israel a defenderse de las amenazas reales que representan Irán y Hezbollah”, y
señaló que los aviones no se entregarán a Israel hasta dentro de unos años.
“He estado en estrecho contacto con la Casa Blanca y (el Consejo de Seguridad
Nacional) sobre éste y otros casos de armas para Israel y he instado
repetidamente a la administración a seguir presionando a Israel para que realice
mejoras significativas y concretas en todos los frentes en lo que se refiere a
esfuerzos humanitarios y limitación de víctimas civiles”, dijo Meeks. “Sigo
apoyando la pausa de la administración en ciertas transferencias de municiones
debido a la preocupación por las continuas víctimas civiles en Gaza”.
El senador Ben Cardin, demócrata de Maryland que preside la Comisión de
Relaciones Exteriores del Senado, dio luz verde después de que la venta pasara
por el proceso de revisión, dijo un portavoz.
“Cualquier problema o preocupación que tuviera el presidente Cardin se abordó a
través de nuestras consultas en curso con la administración, y por eso consideró
apropiado permitir que este caso siguiera adelante”, dijo el director de
comunicaciones de la comisión, Eric Harris.